Muchas voces del mundo en el que vivimos nos dicen que debemos vivir en forma apresurada. Hay siempre más para hacer y más que lograr; sin embargo, muy dentro de nosotros necesitamos un lugar de refugio donde reine la paz y la tranquilidad, un lugar donde podamos descansar y recobrar las fuerzas con el fin de prepararnos para las presiones de la vida.
Muchos hogares están constituidos en forma diferente; sin embargo, a pesar de las circunstancias, puedes centrar tu hogar con el dialogo dando espacio para el entendimiento entre la familia.
Asegúrate de que toda decisión que tomes, ya sea temporal o espiritual, esté basada en lo que digamos y actuemos o pensemos. Cuando allamos encontrado una solución en nuestro hogar, hay paz y tranquilidad; y llena la casa un espíritu de seguridad que todos los que viven allí sienten.
El cumplimiento de ese consejo no descansa sólo en los padres, aun cuando es suya la función de guiar. Los hijos también son responsables de hacer un mayor esfuerzo. Es importante que los padres les enseñen a darse cuenta de cómo sus acciones repercuten en todas las demás personas que viven allí. Los niños a quienes se les hace responsables por sus actos, ya sean rectos o no, llegan a ser ciudadanos responsables .
